Episode Transcript
[00:00:39] Speaker A: Muy buenos días amigos, pues estamos en tu programa Cuento Contigo.
Yo soy la señora Nena Torres, muchísimas gracias por estar aquí con nosotros como todos los domingos. Pues vamos a darle la bienvenida a nuestro invitado del día de hoy, que es el licenciado Juan de Dios Barba Nava. Licenciado, muy buenos días, muchísimas gracias por estar en este programa.
[00:01:05] Speaker B: Al contrario, muchísimas gracias Nena por la invitación. 1 saludo a todo tu auditor.
[00:01:14] Speaker A: Muchísimas gracias. Pues vamos a decir a nuestro invitado del día de hoy quién es el licenciado Juan de Dios Barba Nava. ¿Serías tan amable de platicarnos quién es Juan de Dios Barba?
[00:01:28] Speaker B: Con todo gusto.
Profesionalmente soy contador público y soy abogado. Tenemos más de 35 años de experiencia en asuntos fiscales, financieros, legales, atendiendo a pequeñas, medianas y grandes empresas en un despacho propio.
Nosotros iniciamos con la parte contable por ahí de fines de los 80 y posteriormente fuimos incorporando más servicios a la firma.
Paralelamente también empezamos a hacer una participación dentro del gremio empresarial en nuestro país.
Nos adherimos a la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex, así es conocida. Y en esta organización, en el 2008 fui presidente de la Coparmex en la ciudad de México, representando a este sector tan importante en la ciudad de México. Posteriormente, en el 2011 fui presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, a invitación del entonces jefe de gobierno, Marcelo Abrar, quien es hoy el secretario de economía de nuestro país.
Y en Coparbenc Nacional continué durante siete años siendo presidente de la Comisión de Competitividad, Transparencia, Competitividad, mejora regulatoria en diferentes etapas. Ahí tuvimos la oportunidad de gestionar una ley general de mejora regulatoria que estableciera mecanismos homogéneos en todo el país para la realización de los trámites.
En el 2018 el presidente nacional de Coparmex me solicitó que tomara la Comisión Nacional para el Desarrollo Democrático, que tenía que ver justamente con el enlace de candidatos a diferentes cargos de representación popular, como pueden ser diputados, senadores o la presidencia de la República. Y después de un periodo de cuatro años ahí, el actual presidente, Juan José Sierra Álvarez, me pidió que retomara la Comisión Nacional para la Competitividad y Mejora Regulatoria. Entonces hemos estado desarrollándonos tanto en el ámbito profesional como en el empresarial, negocios relacionados con el sector inmobiliario, con servicios y comercialización y también la parte del voluntariado que creo que es muy importante en el gremio empresarial. Ahí estamos ahora borrando.
[00:03:54] Speaker A: Muchísimas gracias. Muchísimas gracias, Juan de Dios. Pues aquí tienen a este invitado el día de hoy, amigos, pero nosotros hoy vamos a trabajar con él en un tema muy interesante para toda la familia.
Va a tener que bajarse de nivel Juan de Dios, para podernos ayudar en este programa. Fíjense bien amigos, el tema del día de hoy que vamos a tratar con el licenciado barba es finanzas personales y finanzas familiares. Y esto pues Juan de Dios, vas a tener que bajarte de nivel para que puedas estar con la familia Cuento Contigo y a toda la familia Cuento Contigo. Le doy las gracias por estar un domingo más con nosotros.
¿Entonces, fíjense bien, vamos a hacer una apertura de este programa con algo que saqué yo, que fíjense amigos, hacerse rico dicen por ahí que es difícil, verdad Juan de Dios?
Pero hacerse pobre es muy fácil.
Entonces hacerse rico, dice por ahí, es muy muy difícil, pero hacerse rico es muy fácil.
Y hoy en nuestro programa vamos a hablar de cómo el dinero puede ser una herramienta de libertad o una cadena silenciosa que vamos arrastrando por generaciones.
¿Entonces, estamos decidiendo con conciencia o con costumbre? Eso nos lo va a platicar Juan de Dios.
¿Gastamos por necesidad o gastamos porque nos presiona el mundo, la pareja, los hijos?
Entonces hoy junto con Juan de Dios Barba, abrimos la conversación sobre este tema, finanzas personales y familiares.
Y me gustaría, Juan de Dios, no sé qué te parece a ti que hagamos una pregunta para la reflexión de nuestros amigos. Bueno, saqué tres para que nuestros amigos puedan reflexionar sobre este tema que vamos a tratar.
¿Cuál fue la primera frase? A ver, a toda la comunidad Cuento Contigo va dirigida esta pregunta y Juan de Dios nos va a decir qué pasa con esto.
¿Cuál fue la primera frase que escuchamos en nuestra casa cuando éramos niños sobre el dinero?
¿Qué escuchamos?
No sirve, si sirve, es malo, es sucio.
¿Entonces, cuál fue la primera frase que tú escuchaste cuando eras niño en casa y la hiciste?
¿Alguna compra últimamente que no necesitabas?
¿Hiciste alguna compra que no necesitabas?
¿Y la última, que es sumamente importante para toda la comunidad Cuento contigo, si hoy dejaras de percibir ingresos, cuánto tiempo podrías sobrevivir sin pedir prestado o endeudarte?
¿Qué te parecen estas preguntas, Juan de Dios?
¿Si hoy dejaras de recibir ingresos por cualquier circunstancia, cuánto tiempo podrías sobrevivir sin que le pidieras prestado a nadie, ni endeudante? Entonces amigos, pues a pensar, a pensar esto que le acabamos de proponer también a Juan de Dios para que nos haga favor de.
¿Bueno, pues lo vamos a ir viendo en el transcurso, verdad?
Dime una cosa, Juan de Dios, esta pregunta ya va directo para ti.
¿Qué deberíamos hacer todos los que estamos ahorita escuchándote para salir de ese ciclo en el que vivimos, de vivir al día?
¿Qué crees tú que deberíamos hacer?
[00:08:12] Speaker B: Yo creo que sería muy importante hacer dos cosas. La primera de ellos, darnos cuenta de cuál es nuestra situación financiera actual, tener conciencia de ello. Todos hemos escuchado por ahí que de repente dice voy a hacer un balance y la palabra balance puede ser un término técnico que no todas las personas entienden, pero lo que sí van a entender es que todo lo que tú tienes como persona en tu patrimonio, o lo debes o es tuyo.
Repito, todo lo que tú tienes como persona de bienes, un auto, tus alhajas, una cuenta bancaria, todo eso representa tu activo, representa los bienes y derechos que tú tienes a tu favor. Todo eso que tienes, todo lo que traemos puesto el día de hoy, o lo debemos o es de nosotros.
Si lo que traemos puesto fue gracias a que utilizamos una tarjeta de crédito, entonces todo lo que tenemos lo debemos. Y ahí pues no sería lo más sano.
Si todo lo que tenemos no debemos nada, significa que ya está pagado todo, entonces forma parte de nuestro patrimonio. Es lo primero que tendríamos que hacer un listado de qué tenemos, identificar de eso que tenemos, qué debemos y saber si queda algo. Ese va a ser nuestro patrimonio neto. Creo que eso es fundamental. Y la segunda cosa que es fundamental es tener una relación de nuestros gastos. Tú hiciste una pregunta ahorita al auditorio que me parece muy importante. Cuántas compras hacemos en muchas ocasiones de cosas que por impulso adquirimos, pero que no lo estamos razonando y que está, digamos, trastocando cualquier plan que nosotros hubiéramos tenido.
Entonces hay que hacer una relación de nuestros gastos y separar aquellos que son gastos fijos, gastos indispensables para la casa, de aquellos que son gastos variables, de aquellos que se salen del programa.
Mucha gente dice es que yo estoy gastando y lo que me llega a sobrar lo ahorro, cuando el concepto tendría que ser al revés.
Yo gasto lo indispensable, dedico una parte para el ahorro y si me sobra algo más, veo si lo gasto en alguna otra cosa. Y entonces quiere decir que esta disciplina del ahorro nos llevaría a separar como parte normal de nuestro actuar cotidiano, una cantidad de recursos. ¿Justo para atender la última pregunta que hiciste, que es fundamental, si al día de hoy tuviéramos una tormenta que llegara y ocasionará destrozos, un sismo, un despido de nuestro trabajo, nos quedamos absolutamente sin ingresos, cuánto tiempo podríamos sobrevivir? Yo te diría que al menos tendríamos que tener recursos para sobrevivir seis meses.
Esos seis meses de los gastos indispensables que como familia llegamos a ejercer, tendrían que estar garantizados en una cuenta bancaria, en una cuenta de inversión, cuando menos esos seis meses. ¿Yo preguntaría cuántos de nosotros, cuántos de las personas que amablemente están ahorita en nuestro auditorio tienen esa posibilidad?
Y te van a decir bueno, sí, más o menos tres, cuatro, seis meses, un año, pero no lo van a saber con exactitud si no conocen cuál es su punto de equilibrio. Es decir, cuánto es lo mínimo con lo cual una familia puede sobrevivir al mes sin comprar ningún lujo, sin ningún gasto que fuera extraordinario. Ahí lo primero que tenemos que hacer es conciencia de en qué estamos gastando, cómo lo estamos gastando, saber qué es realmente indispensable y qué no lo es.
[00:12:08] Speaker A: ¿Muy bien, te voy a hacer una pregunta ante Dios, hablando de todo esto, porque esto es pues es importante para que toda la comunidad cuento contigo pues vaya dándose cuenta cuál es la diferencia entre una deuda buena 1 deuda mala? ¿Cuál es la diferencia? Piénsalo muy bien y ahorita me contestas.
¿Qué pensaste Juan de Dios? Explícanos qué pensaste. ¿Cuál es la diferencia entre una deuda buena 1 deuda mala?
[00:13:13] Speaker B: Primero reflexionar. Algunas generaciones atrás era muy común que los abuelos nos dijeran Oye, no contraigas deudas, es muy riesgoso que tengas deudas. Con el tiempo y con los nuevos sistemas financieros aprendemos, como bien dices, que hay deudas buenas y deudas malas. ¿Cuál sería una deuda buena? Pues va a ser aquella en la que estás adquiriendo un bien duradero. Por ejemplo, estás comprando una casa, tienes una deuda, una hipoteca, quizá 10 años, quizá 15 años, sí, pero al final de cuentas vas a tener un patrimonio y esa casa o ese bien que tú estés adquiriendo tiene un valor por sí mismo, tiene un valor intrínseco, inclusive si después quieres vender ese bien, si seguramente va a tener un valor de recompra aceptable, probablemente hasta con una plusvalía. Y entonces quiere decir, como señalabas tú al principio del programa, que el dinero se convirtió y en este caso la deuda se convierte en una herramienta para hacerte de un bien mejor. En cambio, cuando tenemos una deuda mala es que estás utilizando la tarjeta de crédito para darte un gusto para algo que no era indispensable, porque decidiste un viaje, digamos de capricho, porque tu círculo de amigos dijo que va a un destino de lujo y entonces tú quieres asimilar tu tren de vida a eso y entonces pones una tarjeta por delante yo también me voy con ustedes, yo gasto al mismo nivel porque quiero parecerme a ustedes. Sí, pero esa tarjeta te va a generar una deuda que va a afectar tus ingresos futuros, a lo mejor por seis, por ocho, por 10 meses.
Y entonces no solo estás contrayendo una deuda, sino que tiene un costo financiero adicional, porque estás pagando intereses por algo que no te produjo más que un bienestar emocional de un par de días o de un fin de semana, pero te va a generar una molestia en el flujo de tus recursos durante varios meses. Entonces la deuda va a ser buena o mala en función de lo que estás adquiriendo a través de esa deuda. Si alguien quiere poner un negocio, si alguien quiere poner un taller, una pequeña tienda y para ello está endeudándose, para comprar el inventario, para hacer las instalaciones o hasta para obtener las licencias, bueno, estás adquiriendo una deuda con la idea de que ese negocio te va a dar a futuro un rendimiento mejor.
¿Hablando de tasas de interés, es bueno o malo pagar una tasa de interés del 10? ¿%? Bueno, si aquello a lo que estás dedicando, el recurso por el cual estás pidiendo esa deuda, te va a dejar un rendimiento arriba del 10, %, pues está bien, porque si te deja el 12 y tu costo de capital es el 10, todavía estás en positivo. Pero imagínate que tienes un negocio que te va a dejar el 5 % y tienes una deuda que te está costando el 10, %, pues obviamente lejos de ganar, estás perdiendo todavía más en tu patrimonio. Y no hemos hablado, que seguramente será en un rato más, sobre el concepto de inflación, que es cómo afecta el aumento de precios generalizado y constante, cómo afecta nuestro ahorro, cómo afecta el patrimonio, cómo afecta inclusive los bienes que tenemos.
[00:16:36] Speaker A: Fíjate que eso es muy importante. ¿Pero de lo que nos estás platicando, qué criterio tenemos que utilizar para saber si podemos asumir una deuda, una deuda que comprometa a lo mejor nuestro, sin comprometer nuestro futuro o comprometiéndolo, qué criterio debemos usar?
[00:16:58] Speaker B: Bueno, el primero de ellos es para qué la vas a dedicar. El segundo, el costo que tiene esa deuda y cómo puede afectar ese costo de la deuda tus ingresos futuros y saber cuáles son tus ingresos básicos, los gastos básicos que tú tienes que tener, ejercer dentro de la familia para darle las necesidades de alimentación, de transporte, de educación, por qué no, algo de recreación que esté debidamente programado y que esa deuda que estás adquiriendo no esté afectando en demasía el nivel de vida que tú quieres para ti o que quieres para la familia.
Hay que ver el costo, hay que ver las garantías, pero sobre todo hay que estar monitoreando cómo está la situación económica en general para tomar decisiones a tiempo. Lo peor que puede suceder es que venga una etapa de incertidumbre. Tú estás asumiendo costos muy altos y dices me voy a esperar seis meses, me voy a esperar un año a ver si cambio la forma en que estoy desarrollando mi economía personal o mi economía familiar. Si tú tardas tanto tiempo en hacer un análisis, es probable que para cuando lo hagas ya estés quebrado. Es importante tener capacidad de reacción inmediata a los cambios que están sucediendo dentro de nuestro entorno.
[00:18:21] Speaker A: Entonces, fíjate, el gobierno hoy da apoyos a muchos sectores, pero nos estamos volviendo dependientes de ese dinero.
[00:18:31] Speaker B: Sí, hay muchos sectores que se están volviendo dependientes de las ayudas sociales, sin entender que las ayudas sociales salen de los recursos que administra el estado, que administra el gobierno. No es dinero del gobierno, es dinero nuestro, que al final de cuentas el gobierno recauda a través de los impuestos que pagamos. Las empresas y los ciudadanos. Y entonces las personas que reciben ayudas sociales tienen que estar conscientes de que esto debe ser meramente temporal, tiene que estar acotado y con un objetivo muy claro para qué es esa ayuda social.
Porque vemos hoy, lamentablemente en México, pues que muchas de las ayudas sociales están ganando simpatías de la gente, pero cuando tú ves que atrás de esas ayudas sociales hay la generación de más deuda para nuestro país, más deuda para el gobierno, entonces tarde o temprano esto puede ser una burbuja que reviente y que terminemos pagando todos.
Insisto, nosotros le damos recursos para que los administre el estado a través del pago de los impuestos, los servicios que llega a prestar, el gobierno lo distribuye y debería de distribuir este dinero en obras de infraestructura que permitieran generar más economía y más desarrollo.
Si lo hace dando solamente ayudas sociales, sin concientizar a las personas que esas ayudas sociales deberían estar acotadas y temporales, y las vuelve permanente, entonces le está abonando al gasto, no está abonando a la inversión. Y peor, cuando vemos que todos esos recursos salen de algún lado, pues por un lado tenemos ineficiencias en el gobierno donde no hay medicina suficiente en los hospitales y las clínicas, donde no hay papel en los juzgados para poder imprimir los oficios, donde no hay servicios básicos, donde no hay inversión nueva para generar electricidad, donde no hay inversión nueva para que exista gas natural, donde no se invierte en la seguridad a cambio de estar dando esas ayudas sociales, bueno, pues tarde que temprano esa situación puede ser tremendamente grave para el país y estaríamos retrocediendo a los años 70, que ya nos tocó a algunos vivir, en donde también los gobiernos eran muy populistas, decían ayudar a la gente y lo único que terminaron haciendo fue metiéndonos a todos en una crisis económica, tras otra crisis, tras otra crisis. Entonces las personas tienen que estar conscientes que lo que están recibiendo como una ayuda social debería ser meramente temporal y que tarde que temprano esas ayudas las vamos a terminar pagando todos.
[00:21:19] Speaker A: Ahora, confiar en esas ayudas temporales del gobierno, cómo perjudica o cómo beneficia a la familia, al bienestar económico familiar, da.
[00:21:34] Speaker B: Una sensación de bienestar temporal, porque inclusive hay familias que tienen hoy dos o tres integrantes que reciben alguna ayuda, desincentiva la el interés por buscar un empleo, por desarrollar un negocio, pero es un círculo vicioso muy pernicioso, porque entonces esas personas se acostumbran a no trabajar, se acostumbran a entregar su tarjeta cada mes para recibir una ayuda social.
Pero cuando la situación se imponga en cuanto a la realidad, cuando el gobierno tenga que hacer recorte de esa política social, cuando le diga ya no hay dinero para que te siga dando estas ayudas sociales, entonces habrá que ver si esas familias tuvieron la previsión de haberse preparado, de haber estudiado para entonces buscar un empleo o para entonces poner un negocio.
Yo creo que una familia que estuviera consciente aprovecharía esas ayudas sociales y aprovecharía este tiempo para prepararse de mejor manera para cuando vengan las vacas flacas, como decían. ¿Si al final, en algún momento las ayudas sociales se tendrán que recortar porque los recursos son finitos, no? Esta no podemos estar sacrificando otras áreas del sector público y no podemos estar pidiendo préstamos constantemente, tarde que temprano, como le ha sucedido Argentina ahora. Tendrán que recortar las ayudas sociales, tendrán que decir el gobierno tiene que vivir exclusivamente con lo que recibe de impuestos y no puede gastar más allá de eso. Es igual que las familias. Sí, claro, una familia puede rentar una casa muy elegante, darse viajes de lujo, comprarse cosas que son innecesarias, pero va a llegar un momento en que las tarjetas de crédito se le van a cancelar, en que los bancos van a quitarle su casa y entonces es probable perder absolutamente su patrimonio.
[00:23:36] Speaker A: Fíjate que nos vamos a ir a un corte comercial, pero antes quiero que nos vayamos con esto.
Si alguno de nuestros, de las personas que nos están viendo y escuchando el día de hoy deciden comprarse un coche, por ejemplo, comprarse un coche con su ayuda que tiene mensual. Con su ayuda mensual. ¿Por ejemplo, una persona de la tercera edad quiere comprarse un coche con ayuda que reside del gobierno mensualmente porque lo puede dividir cada dos meses te dan o si lo divides por mes, es una tontería o es algo que se puede lograr? Ahorita que regresemos, amigos, nos va a contestar Juan de Dios Barba sobre nuestras finanzas personales y familiares. Regresamos, regresamos a tu programa Cuento Contigo. Amigos, yo soy la señora Elena Torres y está con nosotros el licenciado Juan de Dios Barba Nava, que él es especialista en finanzas. El día de hoy nos viene a platicar de las finanzas familiares y de las finanzas personales, pero estábamos antes de irnos al corte platicando si es importante. Por ejemplo, cualquier persona de la tercera edad que está recibiendo un dinero mensual, sería adecuado, inteligente o bueno, pues drogarse por cinco años con un coche, con un coche o con algo que quiera para su propio uso personal, porque sí lo necesita, pero no tiene más ingresos o tiene ese ingreso mensual. ¿Qué tan inteligente o qué tan tonto es que yo me endrogue con un coche, con esa ayuda que nos da el gobierno a las personas de la tercera edad?
[00:26:06] Speaker B: Bueno, nera, en términos generales yo diría que sería una tontería porque esa ayuda social no tienes garantizado que vaya a permanecer en el tiempo. Más allá del discurso político, si vas a tomar una deuda por cinco años basado en que vas a tener ayudas sociales constantes, creo que es un grave riesgo.
Pero más allá de eso, lo que tú estás adquiriendo a futuro te va a generar un ingreso o te va a generar gastos. El que tú te compres un auto implica no nada más lo que estás pagando por adquirir ese vehículo, sino que te estás comprometiendo a un futuro también a pagar el seguro del vehículo, el mantenimiento, la gasolina.
Entonces hay que tomar en cuenta todo esto. Y yo diría, si una persona de la tercera edad puede aportar con recursos propios, con ahorro, un 60 o 70 % del valor del vehículo, del valor del activo que quiera adquirir y solamente usa el financiamiento por el 30, %, por el 40 % máximo, bueno, pues a lo mejor ahí podría llegar a justificarse. Pero pensar en adquirir un activo en donde solo esté yo dando el 10 % y me estoy endeudando por el 90 % del valor de ese activo, creo que sí sería una tontería. Ahora bien, si esa persona de la tercera edad tiene que estar acudiendo constantemente a citas médicas, a las rehabilitaciones, entonces ese vehículo lo querría adquirir como una herramienta y te va a transportar exactamente igual un vehículo pequeño, austero, que un vehículo de lujo. Entonces, si estuviera justificado que la persona de la tercera edad adquiera un vehículo, tendría que ser un vehículo que se limitara a cubrir la necesidad que esa persona tiene.
Lo mismo te va trasladar un vehículo sedán pequeño y que un vehículo de lujo, pero el vehículo de lujo te va a comer el patrimonio que tú pudieras llegar a tener y sobre todo de esas ayudas sociales. No podrías estar cubriendo las necesidades básicas inmediatas. ¿Y el día que tengas una necesidad básica inmediata, qué vas a hacer, nena? Nos vamos a comer la llanta de refacción.
[00:28:24] Speaker A: Claro, claro, tienes razón.
Muy bien, pues esto es muy importante. ¿Cómo podemos educar a nuestros hijos para que no esperen que el gobierno resuelva todo en su vida económica?
[00:28:43] Speaker B: ¿Cómo podemos educar a nuestros hijos? Bueno, primero enseñándoles que el dinero debe de ser una herramienta, no debe ser un fin, no debe ser un objetivo de vida, pero es una herramienta que como un martillo puede servir para destruir una casa o para construir una casa.
El manejo del dinero tiene que ser el responsable. Y creo que pues muchos hemos vivido en las familias que de chiquillos nos decían toma tu domingo y toma $10 y con esos $10 administrate y compra lo que tú te quieras comprar. Pero si te gastas esos $10 el domingo, ya no vas a tener nada para el lunes, para el martes, para el miércoles, para el jueves y para el viernes. Entonces, a lo mejor la primera vez que recibiste $10 te los acabaste, pero después cuando pasó la semana y no tenías nada para cubrir algún gasto mínimo, entonces aquí te estaría generando una una necesidad de autoadministrarte.
Lo dijiste hace rato y lo dijiste muy bien. Es muy fácil administrar la riqueza, lo difícil es administrar la pobreza, porque entonces te das cuenta de todo lo que podías haber eliminado de tu gasto diario que no era indispensable. La pandemia nos trae este enseñanza de muchas cosas que nosotros gastábamos antes de la pandemia que no eran necesarias, que no eran indispensables y sin embargo lo gastábamos en la pandemia. ¿A qué dedicamos los pocos recursos que nos llegaron? Pues a los alimentos, a las medicinas, aguardecernos en casa, a las medidas sanitarias. Y pudiste vivir sin ir al cine, pudiste vivir sin lujos, pudiste vivir sin irte de vacaciones.
Entonces eso tiene que generar un cambio en nuestras mentes que en donde podamos discriminar qué son los gastos realmente indispensables y cuáles son aquellos gastos que estamos ejerciendo como un lujo extra. Y esos gastos, esos gastos tendrían que ser ejercidos en su caso, con los remanentes que nos quedarán de nuestros ingresos, con un posible ahorro que hubiera estado dedicado para ese fin en particular, pero no tomar de nuestros ingresos corrientes para realizar gastos que hoy nos damos cuenta que son superfluos.
[00:31:27] Speaker A: Pero fíjate, si tú, por ejemplo, vamos a hacer la idea, tienes una pareja y tú decides que ya no va a haber gastos hormiga, como son estos de los que estamos hablando ahora, que gastamos en Ubers y en cafés de Starbucks y andamos compre y compre cosas que se nos acaba nuestro presupuesto y en estos gastos hormiga.
Pero si yo tengo una pareja o el que esté escuchándonos ahora tiene una pareja que solamente ella o él llevan su presupuesto perfecto y el otro gasta siempre en cosas hormiga, o sea, utiliza el presupuesto familiar, pues para lo que te acabo de decir ahorita, pide cosas en Amazon constantemente, siempre está comprando cosas que nadie necesita, nada más él para ponerse guapo, para ponerse su vestido bonito, para estar comprando cosas que no sirven y ni ayudan al bienestar familiar.
Qué hace esa persona, esa madre o ese padre que tiene una pareja, que tiene una pareja que no cumple con lo que se ha hecho como un gasto familiar o que hemos decidido, hemos decidido, tenemos esto para gastos hormiga, muy bien, pero el otro se los gasta todos y más.
[00:32:53] Speaker B: Pues mira, los refranes populares son muy sabios.
¿Por ahí se dice que cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana, verdad?
En esos momentos en donde empieza a haber una discrepancia entre los criterios financieros de la pareja es donde hay que revalorarlo. Al final de cuentas, la pareja viene a ser un acompañamiento y tenemos que tratar de estar de acuerdo en los fundamentales y la parte económica de la familia es fundamental.
Exactamente lo mismo que una madre, que las mujeres en términos generales son mucho más responsables que los hombres dentro de las familias, porque tienen el sentido materno, es decir, están pensando en cómo sacar adelante a sus hijos, cómo cubrir las necesidades básicas. Y si el hombre, por más que salga a trabajar, pero también se va a tomar el trago con los amigos, se va a divertir con los amigos, eso va a generar problemas y va a generar desequilibrios en casa.
Aquí, si de las dos personas que forman una pareja no se ponen de acuerdo, oye, a ver, esto es lo que necesitamos para vivir, mínimo vamos a separar, como tú dices, una cantidad x para los gastos hormiga, pero antes de eso tendríamos que decir entre los dos vamos a ahorrar tanto y ese ahorro es un ahorro de largo plazo.
Y de ahí, de ahí decidir si me queda algo que yo pueda gastar en alguna cosa adicional, pero después de haber establecido el porcentaje de ahorro obligatorio para una emergencia médica, para alguna época que nos quedemos sin trabajo, en fin. Y ahorita que hablas de los gastos hormiga, yo preguntaría cuánto gastamos mes a mes en aplicaciones en el teléfono, por ejemplo, o en programas de streaming, que porque querías ver una película y esa película está en cierta plataforma y te adheriste a esa plataforma, viste la película una vez, pero pagaste un año de membresía a esa plataforma y le va sumando y sumando y sumando. Por eso la importancia de hacer una relación de todo lo que gastas al mes. Mira, nena, si yo te pregunto cuánto gastas al mes, probablemente tú que eres una persona muy estructurada, muy ordenada, vas a darme una cifra muy cercana a lo que estás gastando y aún así te garantizo que me vas a dar una cifra menor de lo que realmente gastas. En términos comunes, las familias hacen exactamente lo mismo. Oye, yo hago un ejercicio con mis alumnos, de repente cuando les explico esta parte del punto de equilibrio entre los ingresos y los gastos, que es el punto de equilibrio justo, que tienes un ingreso que te alcanza para cubrir todas necesidades. ¿Oye, cuánto ganas en tu empleo? Pues gano $10000. Perfecto.
¿Cuánto gastas?
Gasto 6000.
Muy bien. ¿Cuántos meses llevas trabajando? 10, que quiere decir que tienes que tener $40000 de ahorro, porque si ganabas 10, gastaba seis, te quedan cuatro. Llevas 10 meses trabajando, llevas 10 meses que ganaste $4000 arriba de lo que estabas gastando. ¿Dónde está el ahorro? La mayor parte de la gente te dice no, no tengo ahorro. Entonces tu gasto no es de seis.
Si ganas 10 y no te queda nada, gastas los 10 y lo peor es aquella gente que gana 10 y se gasta 12 utilizando las tarjetas de crédito. Y entonces estás restándole al ingreso futuro que puedas obtener.
[00:36:31] Speaker A: Muy bien, pues entonces te quiero hacer una pregunta y quiero que la pienses muy bien.
¿Habrá muchas personas que nos están escuchando el día de hoy que ya para qué ahorro a mi edad?
No valen la pena.
¿Qué piensas de eso? No me contestes ahorita, lo vas a pensar muy bien y luego me platicas qué pensaste.
[00:37:30] Speaker B: Mira nena, nadie tenemos la vida comprada. Y aún una persona de tercera que diga yo ya estoy grande, ya para qué ahorro, que sabe cuánto tiempo vaya a vivir, quiero disfrutar lo que me resta, pues tú no sabes si eso que le reste van a ser dos años o cinco años o 15 años más. Hoy la población está viviendo más años y nunca debemos de dejar de ahorrar y nunca debemos de dejar de considerar que existen imprevistos. Imagínate que una mayor con buen estado de salud diga yo de todos modos tengo lo necesario para los siguientes cinco años, no creo que viva más. Con eso es más que suficiente. Perfecto. ¿Y si pasado mañana sufre un accidente, se cae y se rompe la cadera, qué va a hacer para atenderse médicamente? ¿Qué va a hacer para no ser una carga financiera para su familia? Creo que eso es relevante.
No se trata solo de ya no depender de la familia, sino no quitarle a la familia algo que apenas está generando las nuevas generaciones. Entonces aquí creo que nunca se pierde la oportunidad para ahorrar, nunca se pierde la oportunidad para estar revalorando nuestras finanzas personales. El modelo que tú puedas desarrollar ahorita no quiere decir que va a quedar permanente para los siguientes años.
Ese modelo que tú estás desarrollando ahorita lo tendrás que estar replanteando cada seis meses o por lo menos cada año. Ahí en la lista de los propósitos de año nuevo es donde hay que poner cuál va a ser mi meta de ahorro de este año, cuál es el bien duradero que voy a adquirir, cómo voy a bajar el gasto de cuestiones innecesarias y cómo voy a sembrar un camino de prosperidad para mi familia.
En cambio, en lugar de ser una carga para tu familia conforme van pasando los años y tiene esto que ver mucho también con otro aspecto fundamental que las personas que vamos avanzando en la edad es muy importante y es nuestra independencia, el valernos por nosotros mismos, el no sentirnos dependientes de otros. 1 parte importantísima de esto es tener la seguridad de que yo puedo afrontar mis propios gastos y eso me da libertad de decisión, me la me elimina cualquier tipo de dependencia. Imagínate una persona de la tercera edad que no tiene recursos propios y que le cae gordísimo, el yerno, la nuera, hasta los propios hijos, bueno, pues va a tener que, como decimos vulgarmente acá, apechugar, aguantarse porque dependa económicamente de esa familia. Aunque no le caiga bien a los amigos los puedes elegir, a la familia no. Pero entonces, qué difícil es que además de ser de una persona que termine siendo dependiente de otros, tengas que tolerar a gente que a lo mejor no coincides en todo con ellos mismos. Entonces, el ahorro y la previsión es una herramienta fundamental que nos da autonomía, que nos da independencia económica, que nos da independencia mental.
Y por eso es que todos tendríamos que pensar en qué vamos a estar ahorrando para nuestro futuro, cómo vamos a estar integrando los fondos para nuestra propia pensión.
Hoy en día, pues sabemos dos tipos de generaciones en México, una en la que perteneces tú y yo y Rodolfo, en donde al final de cuentas estamos en un modelo del 73 en ley del Seguro Social, que se supone que todos podrían aportar para nuestra pensión, pero a partir de 1997 cambió este modelo y ahora cada uno de los jóvenes que están ingresando al mercado laboral tiene que ir generando en una cuenta individual el propio ahorro personal de donde saldría una posible pensión a futuro. Y ese es un reto enorme como población, en donde son menos los aportantes, más los necesitados de pensiones futuras y también al mismo tiempo la población vive más. El promedio de vida de la población antes de la pandemia de 75 años, después de la pandemia bajó a 72, pero ahorita vemos muchas personas que están arriba de los 80, 85 y hasta 90 años. Y probablemente si antes tenían la necesidad de contar con una pensión por cinco años, por siete años, a lo mejor esa necesidad ahora se vuelve de 15 o de 20 años y el estado no va a tener capacidad para ello. Eso hay que entenderlo. Entonces nosotros mismos tenemos que generar nuestro ahorro para ese momento de vida.
[00:42:24] Speaker A: Quiero que pensemos esto entre nosotros para que se lo podamos decir a toda la comunidad. Cuento contigo.
¿Qué opinas tú de frases prefiero estar flaca que ahorrar?
A mí no me interesa ahorrar, a mí me interesa estar flac porque la presión del mundo pues está sobre nosotros, entonces eso puede afectar nuestra economía. ¿Esa idea de que a mí no me importa ahorrar, yo prefiero estar flaquita y que el mundo me acepte, qué piensas de eso?
[00:42:59] Speaker B: Que te va a aceptar mientras tenga recursos para mantener el nivel de vida de esa demás gente. En el momento que no tienes los recursos, lamentablemente cuenta de que muchas de esas personas allegadas a ti se alejan y que las personas que verdaderamente te apreciaban por ser quien eres, como eres, a tu estilo, es mucho menos de lo que piensas cuando uno tiene una posibilidad económica mayor, cuando tiene un cargo directivo, cuando presides un organismo, cuando tienes un cargo público relevante, dicen por ahí, te vuelves más alto, más delgado, más sexy, más interesante, más atractivo a la gente. Cuando pierdes esas posiciones económicas, políticas o directivas, entonces muchas de las personas se alejan y ahí puedes darte cuenta quiénes estaban, quiénes son realmente tus amigos, quiénes son aquellas personas que te aprecian como persona, no por lo que tienes o por el cargo que estás desempeñando.
¿Y creo que sería hasta un buen ejercicio de repente que las personas dijeran bueno, voy a suponer que el día de hoy me quedé sin empleo, que el día de hoy no tengo ahorros, con quién podría yo contar realmente dentro de mi entorno que me ayudara? Quiénes son esas personas que se quitan la camisa por ir a ayudarte a las 3:00 a.m. ¿Y quiénes son las personas por las que yo lo haría? Bueno, pues entonces ese es tu núcleo principal. Las demás personas pues sí serán conocidos, algunos llegarán a tener cierto grado de amistad, pero no se vuelven incondicionales. Hay que entender que muchas personas de nuestro entorno están bien con nosotros porque nosotros estamos bien.
Ahora piensa si el día que lleguemos a estar mal, esas mismas personas nos van a ayudar a salir del bache y lamentablemente te vas a dar cuenta que muchas ocasiones no es así. Por ahí decía también otro refrán, sigo pensando que son muy sabios, dicen en la cárcel y en la enfermedad se da cuenta quiénes realmente son tus amigos.
[00:45:09] Speaker A: ¿Así es, y si por una por una presión del mundo estética estamos perdiendo nuestros ahorros, pero fíjate, comer sano cuando Dios comer sano es mucho más caro, de qué manera afecta eso nuestra economía? Para que tú estés en una dieta más o menos regulada que la que te lleva el doctor, el dietista te dice tiene que comer esto, tiene que comer esto, tiene que comer el otro, entonces comer sano es mucho más caro que comer como todo el mundo. Yo conozco una persona que el doctor le dijo pues tiene que comer todos los días, todos los días tiene que comer su lechuga, sus arándanos, tiene que comer sus fresas, tiene que comer mucho aguacate, tiene que comer puras cosas que la persona esa no podía comprar.
Ella comía lo que le mandaban las personas que la ayudaban, comía arroz, comía frijolitos, está usted muy gorda, tiene que ponerse a dieta. ¿Pero como si lo que me llega es frijoles y arroz, entonces cómo me pongo a dieta?
¿Comer sano puede debilitar nuestras finanzas?
[00:46:35] Speaker B: Mira, yo pienso que no, yo creo que depende nuestros hábitos de consumo, incluso en donde estamos comprando esos esos alimentos y pienso que no en función de que a veces la comida chatarra y comer mal es mucho más cara. ¿Imagínate a estas personas que salgan a trabajar y dicen no tengo tiempo de preparar alimentos en mi casa y entonces en lugar de eso compran alguna botana, compran un refresco, compran galletas, que si tú te das cuenta, sumando todas esas compras durante el día de esos alimentos chatarra, cuánto gastan? Probablemente resulte igual o más caro que haberse dado el tiempo de buscar algo que fuera más sano. Entonces creo que puede ser más escaso el tiempo. Hay que darnos el tiempo para tratar de atendernos mejor a nosotros mismos. Y bueno, sí, desde luego habrá algunos alimentos que llegan a escasear y que llegan a ser un poco más caros, pero si tenemos una referencia lógica de cuánto gastamos en cosas chatarras, de cuántos gastamos, como dijiste, el gasto hormiga en cuestiones innecesarias, es probable que de ahí te alcance y sobre para comer muy bien.
[00:47:56] Speaker A: Sí, porque fíjate, eso es eso es muy importante, pero no nos damos cuenta.
El chiste es que nos demos cuenta. Aquí estamos hablando, estamos confundiendo la dieta sana con tiempo.
Tenemos que buscar tiempo para que podamos hacer una planificación de mi menú durante toda la semana. Ya sé que voy a andar corre y corre todo el día, pues entonces traigo mi menú que tenga proteínas, que tenga la lo que necesita el cuerpo para sentirse mejor.
Entonces es muy importante esto. Pero nos vamos a ir amigos a un comercial y vamos a regresar en un momento.
Estamos en Cuento Contigo con el licenciado Juan de Dios Barba Nava. Regresamos en un momento amigos.
¿Regresamos a tu programa Cuento Contigo amigos y aquí estamos con el licenciado Juan de Dios Varga Nava, que Cuento Contigo para que tengas unas finanzas 1 vejez o una juventud o lo que se necesite para que estés más estable en tus finanzas, verdad licenciado? Porque estamos hablando de que cómo podemos o estamos usando eso podría ser un mito decir que comer sano es mucho más caro que comer lo que llega, pero dices tú estamos hablando de tiempo y es importante que nosotros nos demos cuenta de eso.
Entonces vamos a continuar con el mismo tema licenciado, porque pues eso estaba muy interesante, que nosotros necesitamos pensar que no es necesario que esté yo flaca porque pues nadie me va a querer igual que los que me querían antes. Y entonces eso que dijiste estuvo muy interesante.
Entonces podemos preparar nuestra comida e irnos a trabajar.
En eso nos fuimos.
[00:50:32] Speaker B: Así es. ¿Yo veo aquí en la oficina pues hay todo tipo de personas, verdad? Dentro de los empleados hay el que sale a comer en algunos restaurancito alrededor todos los días y hay quien es tremendamente disciplinado y llega con un recipiente con comida preparada y entonces hace lo que tú mencionabas, un poco de fruta, un poco de proteína, no sale a comprarlo comercialmente, lo prepara en su casa a lo mejor el sábado, el domingo, prepara para toda la semana y va a salir mucho más barato. Y tiene la disciplina verdaderamente de no gastar en cuestiones innecesarias, de no gastar en restaurancitos por más humildes o medianos que sean aquí alrededor de la oficina.
Y curiosamente todo mundo le pide prestado a esa persona, es el más disciplinado, es el más ordenado. Y los demás que son desordenados y que salen y gastan o compran por el pulso cuando están pasando por la calle, se me antoje esto, se me antojó el otro, son los que antes de la quincena le están pidiendo oye fulanito, ya me acabé lo de la quincena, préstame algo y te lo pago el día que recibamos nuestra nómina. Entonces te das cuenta como el perfil de una persona, si es ordenado en un tema, lo va a ser ordenado en todos los demás. Y lo que nos hace falta es disciplina. Y donde podemos tener conciencia de esto, nena, tenemos que tener información. ¿Información es poder, pero información de nosotros mismos, porque somos muy buenos para estar observando lo que los demás hacen, pero pocas veces nos sentamos frente al espejo y decimos a ver, tú qué estás haciendo? ¿Tú qué puedes mejorar tú? ¿Empezando por una lista, en qué gasto a la semana que podría yo evitar o que no podría yo evitar?
Un ejemplo muy sencillo, habrá algunas personas que todavía les gusta fumar y se gastan al día 70 u $80 en una cajetilla de cigarros.
¿Multipliquen esos 70, $80, cuánto están gastando a la semana?
Cerca de $500 semanales, cerca de $2000 mensuales, $24000 al año. ¿Y pregúntense qué harían si hoy tuvieran esos $24000 en la mano?
Y multiplíquelo a lo largo de 10 años un cuarto de millón de pesos que se van en algo que no solo no es indispensable, sino que además tiene el efecto potencial de dañar tu salud.
¿Pues así, si nosotros hiciéramos ese análisis a detalle de cuánto es lo que estamos gastando, de decir, oye, tengo tres o cuatro canales de streaming, Quédate con uno o dos, para qué quieres el tercero y cuarto? Ni siquiera tienes tiempo para ver todas las películas y todas las que salen en las demás. Oye, tus aplicaciones de teléfono, lo que estás invirtiendo en un programa o en otro, o salir, digamos, a comer a un restaurante de lujo, o vas al cine o vas al teatro, está bien que lo hagas, pero prográmalo. A lo mejor dices, bueno, voy a hacer una salida a un restaurante un día al mes, a lo mejor voy a ir a un cine una o dos veces al mes, pero no cada tercer, cuarto día. Y lo peor que podemos hacer en este sentido de lo que tú comentabas de prefiero estar flaca que tener ahorros, es no asumir un patrón de consumo en función de mis amistades, en función de mis familiares, sino asumir un patrón de consumo conforme a nuestras propias capacidades.
Conozco gente que no vive trabajando 20 h al día porque le tiene que dar una educación a su hijo en una institución muy cara de educación. Puede ser el Tec de Monterrey, puede ser el ITAM, puede ser alguno de esos que tienen colegiaturas muy caras.
¿Y qué es lo lógico que deberían ser? Bueno, está bien si no confías en una educación pública que hay de buena calidad.
Yo soy producto, 80 % de mi educación ha sido en entidades públicas y he tenido muchos cargos y he tenido el desempeño de muchas funciones y puedo sentirme completamente satisfecho de ser un egresado de la UNAM y de decir que la parte obligatoria de pagar una colegiatura eran $0,20 al semestre, $200 de los antiguos, $0,20 de ahora. Entonces, el hecho de que pagues una colegiatura carísima tampoco es garantía de nada, salvo de que estás afectando tu propia vida por algo que piensas que por pagar más va a ser mejor. Si tu nivel de vida te da para tener en un colegio de mediano nivel, de mediano estatus, ese es el que corresponde. Es también como el que dice Oye, voy a pagar una membresía de un deportivo de lujo.
¿Por qué? Porque ahí está Fulanito y Sutanito. Sí, pero a lo mejor Fulanito y Sutanito recibieron una herencia, tienen un apellido de alcurnia, a lo mejor tienen muchos más recursos que tú. Si tú sacrificas otras cosas por querer ponerte al nivel de los demás, estás mal, porque tarde o temprano eso va a reventar. Y cuando estés mal, esas personas a las que te quisiste parecer en su nivel de gasto, no van a venir aquí a rescatarte, vas a tener que salir por ti mismo.
Entonces, tenemos que adecuarnos cada quien a nuestra realidad, aceptarnos como somos, entender cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.
1. Vez que entendemos cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, actuar en consecuencia.
¿1. Cosa que también me parece muy importante ahorita reflexionando y es tu familia sabe cuál es la situación financiera de la propia familia? ¿Es decir, tu pareja, tus hijos, saben los problemas financieros que puedes tener tú?
¿Porque muchas veces también aquí viene la parte de la imagen y cómo queremos dar la mejor imagen a la familia? Y si vienen los hijos, con tal de que no digan que los tengo abandonados porque me la paso trabajando, entonces cuando me piden algo les digo que sí y gastan sin medida. Y entonces ellos piensan que están en una familia con amplios recursos económicos y tú te estás tronando los dedos y pidiendo prestado para cumplir caprichos.
Creo que sería muy importante tener una reunión de la familia y decirles a ver, lo que tenemos como familia es un ingreso al mes de $100000 o de 60000 o de 150. La cantidad no importa, es de esto. ¿Cuánto es el gasto que tenemos al mes?
Y dentro de esa proyección de gasto, tener una parte asignada para el ahorro y decir nos estamos quedando cortos, nos estamos quedando. ¿Quieres gastar más? Pues hijos, tendrán que trabajar, tienen que trabajar y tienen que aportar a la familia.
Y también te voy a decir una cosa, en la escasez, y lo digo yo por experiencia personal, creo que le ayuda más a la formación de la familia tenerlos hasta cierto punto restringidos en cuanto a ciertos lujos y gastos innecesarios que darles todo lo que quieres. Yo veo hijos de clientes, hijos de amigos que están acostumbrados a ser juniors, que este no medir las consecuencias del gasto, no entender lo que cuesta generar el dinero.
Gastar el dinero es rapidísimo.
Generar y hacer que otra persona saque su dinero para pagarte un sueldo, para pagar tus servicios o para comprarte un producto es tremendamente complicado y creo que tiene que haber consistencia. Si conozco personas, insisto, que los hijos le piden prestado a los papás y los papás apenas les alcanza para mantener a ellos mismos y se quitan el bocado de la boca para dárselo a los hijos sin hacerles ver cuál es la situación real por la que están atravesando.
[00:59:00] Speaker A: Sí, eso es algo muy importante, pero muchos papás y mamás lo hacen. O sea, no importa lo que necesites, yo te lo doy. No me importa que me vaya yo de cabeza, eso no importa. ¿Por qué hacemos todo eso los papás? O sea, lo hacemos porque a mí no me importa si no tengo mañana nada, si me acabo mi ahorro, si me estoy acabando mi ahorro para mi vejez, por con tal de que tú no estés sufriendo. ¿Por qué hacemos esas barbaridades?
[00:59:33] Speaker B: Yo creo que es un efecto de compensación, como que si en su momento no le dediqué el tiempo suficiente a los hijos, entonces después quiero compensarles y decirles Miren, ese sacrificio fue para que ahora yo los pueda ayudar. Pero cuando lo estás haciendo, sí que hay una conciencia y estás afectando tu propio futuro. Estamos mal, completamente mal. Tan malo es darle importancia al dinero por el dinero. Hay personas que no gastan absolutamente nada, ni en ellas mismas, ni en alimentos, con tal de ahorrar, de ahorrar y te dicen a los 90 años estoy ahorrando para mi vejez.
Como aquellas personas que se gastan todo el ingreso que tienen y todavía están pidiendo dinero prestado y pagando intereses por ese dinero prestado. Creo que es muy delicado, porque ahí lo que estás haciendo es hipotecar tu futuro.
[01:00:31] Speaker A: Qué barbaridad. Qué importante es todo esto. Pero te voy a hacer una pregunta que me gustaría que pensaras muy bien. No me la contestes ahorita.
¿Se puede tener paz financiera aunque no se gane mucho dinero?
Piénsalo muy bien y ahorita me contestas.
¿Qué pensaste, Juan?
[01:01:26] Speaker B: El pues mira, esta reflexión que haces me lleva a pensar que aquellas personas que tienen un ingreso y de repente lo duplican o lo triplican, no obtienen más paz financiera, porque muchas veces gastan el doble o gastan el triple. Entonces, entre más ganan, más gastan. La paz financiera te lo da que si ganas poco, gastes poco, que si ganas mucho, puedes gastar un poco más, pero no todo. Entonces, la paz financiera te la da el que tengas el control de cuál es tu gasto, es lo que te da la paz. Una familia se siente muy insegura cuando lo que está llegando como ingreso familiar no alcanza para cubrir las necesidades básicas, que puede ser la renta de la casa, la colegiatura de los niños y los alimentos. Eso es lo básico. Si tú tienes eso garantizado o te ajustas el gasto a eso, que siempre hay espacio para ahorrar más, entonces vas a tener la tranquilidad y vas a poder desarrollarte de mejor manera. La paz financiera es algo que tiene que ver con tu ecuanimidad intelectual y emocional. Tienes que tener equilibrio emocional. Yo diría que algo muy importante que muchos padres nos enseñaron de pequeños, saber decir no.
La paz financiera es saber decir que no. Tengo la fortuna de tener dos hijos que la verdad cuando eran chiquitos, no sé sí porque así nacieron, si por su mamá, si por lo que yo pude haber aportado, no lo sé, pero no pedían. Salíamos a la calle y no pedían que el juguetito, que el globo, que esto, que el otro. Y hacíamos el ejercicio de decir oye, hoy no hay, hoy nos aguantamos perfecto. Oye, hoy hay $10 para gastar, que quieres comprar con esos $10. Entonces ellos enseñaron a que si había recursos y había presupuesto, adelante. Si no había, ni pedirlo y te adaptabas con lo que tenías. Yo creo que eso es fundamental y que muchos de nuestros padres nos sujetaron a una disciplina. Y hay de ti, a ti y a mí, hay de ti que dijéramos que no estábamos de acuerdo, hay de ti y de mí que quisiéramos exigir algo. ¿Y hoy parece que los hijos nos exigen a los padres, verdad? Y nos llegan a recriminar. Yo veo parejas jóvenes que no controlan a sus hijos pequeños en cuanto al gasto, en cuanto al berrinche.
En cambio yo me acuerdo la vieja escuela que les decía a la primera para la segunda y aguas que llegaras a tres.
Y ahora como que la tolerancia, como que esta parte de querer compensar con ligereza la falta de atención, la falta de tiempo. ¿A ver, qué tiene que hacer un niño de cuatro o cinco años con un celular que vale $8000 o $10000 o con un aparato electrónico que es carísimo?
Ahí lo que los papás están haciendo es comprar tranquilidad para ellos de que no tienen que estar atendiendo al niño de manera personal. Toma el aparato y entretente. Cuando nosotros vemos las historias de los grandes magnates de la tecnología, una de las reglas que tienen es no darles aparatos tecnológicos a sus hijos pequeños.
¿Por algo será, verdad? Por el fenómeno de enajenación que esto está generando. Y entonces, pues cuando a nosotros nos tocó ser niños, nos divertíamos con cosas que tenían poco valor, poco costo. Y hoy pensamos que entre más costo tenga algo, mejor va a ser la satisfacción. Por ahí hay comercial de una entidad financiera que decía hacer esto o hacer aquello no tiene precio.
Jugar con una caja de cartón no tiene precio en relación a jugar con un aparato electrónico que a los 30 min ya se aburrieron y lo dejaron junto. Pero los papás de hoy quieren compensar con dinero la ausencia de atención, la ausencia de tiempo, la ausencia de convivencia. Y creo que eso es tremendamente grave. ¿Y qué sucede? Que estamos generando individuos que cuando no tienen el acceso a esos mismos recursos, entonces te descalifican, entonces se enojan contigo. Y entonces el adulto mayor así sacrificando su pensión con tal de no enemistarse con su hijo, le digo que me quito mi futuro de pensión y te lo doy aquí para que estés tranquilo.
Falta transparencia, falta diálogo.
[01:06:13] Speaker A: Exactamente, así es. En uno de nuestros programas tuvimos alguna invitada que los papás le compraban cosas carísimas a los niños, pero cuando llegaban las cosas caras, pues los niños dejaban el juguete y jugaban con las cajas, que era lo que les llamaba la atención. Se metían adentro de la caja, sacaban y hacían agujeros, se hacían sombreros, se ponían cachuchas con las cajas y el juguete caro lo dejaban olvidar.
Entonces aquí tengo algo que comenta Rodolfo, que los papás llegamos al extremo de vender la casa con la promesa de que los hijos se harán cargo de nosotros. Y resulta que se quedan esos papás en la calle o en un asilo con tal de ayudar al hijo. No importa, vendo todo y me quedo en la calle.
¿Qué pena, verdad? Que los papás lleguemos a eso. No sé si eso será amor o será quién sabe que será eso, porque realmente el sacrificio no nos lleva a nada. El sacrificio produce muchísimo.
¿Entonces pues vamos a tratar de no tenerlo, verdad?
¿Entonces fíjate, cómo podemos comenzar? Nomás que me gustaría saber cuánto tiempo nos queda para ir al corte. Si fueras. Ah, muy bien. Cómo podríamos comenzar desde cero, Juan de Dios, una educación financiera, si nunca se nos enseñó ni en la casa ni en la escuela.
[01:07:46] Speaker B: Bueno, la educación financiera nace de entender lo que es el dinero. El dinero es un instrumento, es una medida de intercambio entre las personas.
Sustituye al trueque, pero curiosamente en las épocas de crisis económica resurge el trueque. Hay la persona que afuera de la escuela está vendiendo suéteres que tejió y los intercambia por un pastel que hizo otra mamá y lo intercambia por una joyita que otra persona está vendiendo ahí en trueque, justo por la parte económica.
¿Cómo se puede hacer esto? Hay juegos, hay juegos que nos ayudan a entender, de decir, a ver, tienes 10 billetes o tienes 10 fichas y tienes que tomar decisiones de cómo vas a utilizar tus fichas, cómo las vas a invertir. Es lo único que tienes.
Tú decides si quieres, como decíamos hace rato, comprar un auto, tener un departamento, comprarte una computadora. ¿Y luego qué te va a dar ese bien que estás comprando? Porque si el bien que estás comprando te va a generar más gasto, entonces no es una inversión.
Si el bien que tienes te va a dar un ingreso, como por ejemplo, busca un ahorro y compra un departamento pequeño y lo pones en renta, ah, bueno, eso te está dando ingresos adicionales. Un caso muy especial es lo que acabas de mencionar de la casa, porque no hay gasto, o perdón, no hay más, no hay inversión más ineficiente financieramente que una casa. La casa no te produce ningún beneficio financieramente, la casa no te produce utilidades, al contrario, la casa tienes que gastar en mantenerla bien, tienes que pagar el impuesto predial, tienes que pagar el consumo de agua, tienes que pagar la electricidad, tienes que pagar el teléfono.
Te está generando más gastos, pero te cubre una necesidad imperiosa, que es una necesidad de seguridad, de decir, pase lo que pase, nadie me saca de mi techo, tengo un techo seguro. Entonces cubres una necesidad no financiera, sino más humana de esa seguridad.
Si hay una persona que de la tercera edad que tiene su casa y que el hijo le dice, oye, hipotécala o véndela porque yo necesito el dinero, porque voy a hacer un negocio con el cual nos vamos a hacer millonarios, lo más probable es que termines perdiendo la casa y no hubo ningún negocio que te garantizará eso. A lo mejor si dices, oye, tengo una casa muy grande, la voy a vender porque ya queda demasiado grande para mí y voy a comprar un departamento que me siga dando esa seguridad y el otra parte del dinero, a lo mejor ayudo a mis hijos para ver si pueden sacar adelante algunos de sus proyectos. Bueno, podría ser una decisión racional, me hago más chiquito en mi techo, pero sigo teniendo un techo seguro y trato de aportar a los demás. Pero sacrificar el 100 % de lo que ya lograste para ayudar a otra persona no tiene ninguna lógica ni es racional.
De aquí es, por ejemplo, algunos de nosotros que no venimos de grandes herencias ni de apellidos de alcurnia, pues con el trabajo de toda una vida has comprado una propiedad o has comprado alguna otra cosa o simplemente compraste unas onzas de plata.
Ok, compraste unas onzas de plata porque es un mecanismo hoy de ahorro, unas moneditas de plata.
Yo te aseguro, nena, que ha habido momentos de crisis económica familiar, pero no toco esa onza de plata, no vendo un departamento que llegue a adquirir, no vendo una casa que llegue a adquirir, porque sé que si yo sacrifico esos bienes que son de inversión, ya no los voy a volver a recuperar. Así que tengo que ser creativo, tengo que buscar negocios, tengo que buscar clientes para generarme un ingreso adicional y no sacrificar los ya lograste llevar a un patrimonio familiar. Creo que eso es fundamental. Actuar como si no existieran esos bienes.
[01:12:04] Speaker A: Exactamente, actuar como si no existieran esos bienes. Muy bien amigos, pues nos vamos a ir a un comercial y vamos a regresar en un momento.
Estamos con el licenciado Juan de Dios Barba Nava, que viene a hablarnos de las finanzas personales y familiares.
Regresamos en un momento, estamos en Cuento Contigo, regresamos a tu programa Cuento Contigo. ¿Amigos, yo soy la señora Elena Torres y está con nosotros el licenciado Juan de Dios Barra Nava, que es especialista pues en todo esto, verdad? En finanzas, nos dijo su currículum hace un rato y es muy grande, muy alto, entonces le pedimos que se bajara un poquito para que pudiéramos todos entenderle lo que nos está platicando respecto a nuestras finanzas pues personales y familiares.
Entonces, fíjate Juan de Dios, a mí me parece que hay muchas cosas que tenemos nosotros que pensar todavía en el conocimiento que tienes tú, en el mundo en el que te desenvuelves, en lo que has visto.
Todavía hay muchas personas que viven desde el miedo al infierno o a Dios, porque planifican económicamente su familia.
O sea, si no vas a tener los hijos que Dios te dé, sino que vas a tener los que puedes mantener, pero eso te lleva a un miedo profundo.
¿Todavía se vive eso, ese miedo al infierno, ese miedo a Dios?
[01:14:19] Speaker B: Mira, sí, sí, hay familias que todavía se rigen por esos parámetros, yo diría que son los menos hoy y eso tiene una cierta ventaja porque entonces te vuelves un poco más pragmático hay las familias, las parejas hoy son más pragmáticas, pero también se ha perdido cierto espíritu de sacrificio. Hoy las parejas jóvenes a los cuatro meses, a los seis meses no se entendieron, se separan y se buscan otra pareja. O sea, no hacen el segundo esfuerzo, el tercer esfuerzo por tratar de hacer que ese proyecto continúe. Y bueno, está bien tener una dosis de pragmatismo, pero también creo que es muy importante mantener cierto temor a un ser superior. Y decía alguien por ahí muy renombrado como magnate financiero, decía yo quiero colaboradores que tengan temor de Dios, porque si yo tengo colaboradores que no tienen temor de Dios, no tienen temor de nada y son capaces de cometer un fraude, son capaces de cometer un asesinato, son capaces de afectar a otra persona, necesito que tengan valores mínimos.
Y el valor mínimo empieza por querer hacer lo correcto, por tener temor de que exista un ser superior, que si no actúo yo de manera correcta, entonces voy a tener un castigo en esta vida o en la que sigue, dependiendo de las creencias de cada quien. Pero por otro lado está esta parte del pragmatismo y de entender pues que la economía tiene ciertas reglas, de que estamos en un mundo pues complejo, de que a mí me parece muy razonable darle una mejor vida a los hijos que puedas tener y no todos los hijos que Dios te dé. Creo que al final de cuentas Dios nos ha dado la capacidad y el conocimiento para planear de mejor manera, nos ha dado herramientas para que nosotros planeemos. Si Dios no quisiera que hiciéramos este tipo de planeación, no nos hubiera dado estas herramientas.
Entonces hay que ver que lo que va surgiendo en la ciencia, lo que va surgiendo en el conocimiento humano, hay que buscar una empatarlo con la parte ideológica, con la parte filosófica, con la parte religiosa. No en balde el recientemente designado Papa León 14.º hace referencia justamente al anterior Papa León 13.º, que fue el que inició con una, digamos, correlación entre los aspectos científicos y los aspectos filosóficos, más allá de la religión que tenga cada uno de nosotros.
Entonces yo creo que nuevamente vuelvo al tema de los refranes populares, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo adore.
[01:17:14] Speaker A: Muy bien.
Y hay algunas cosas que todos tenemos mitos, hay muchos mitos que tenemos respecto al dinero, lo que decíamos no toques el dinero, cuando oyes en la casa no toques el dinero, el dinero está sucio, el dinero te contamina, lávate muy bien las manos, está lleno de mugre, no lo toques, no toques. ¿Qué sucede con esos mitos y con esas cosas que aprendemos? Eso pues repercute en nuestra nuestra manera de adquirir dinero.
[01:17:51] Speaker B: Sí, sí puede llegar a repercutir. Y esto va de la mano con personas que quieren controlar a la sociedad y que te dicen de alguna manera entre más pobre estés será mejor, entre más pobre estés te ganarás el cielo porque estás haciendo muchos sacrificios. Y yo creo que eso es completamente contraproducente, no puedo estar de acuerdo con ello.
Yo creo más en el tema de ayúdate que yo te ayudaré. Es decir, haz tu esfuerzo, sal adelante. No es pecado ganar dinero, no es pecado tener un éxito profesional, de ninguna manera.
Lo que sería pecado es hacerlo cometiendo ilícitos o hacerlo afectando a las demás personas. Pero la actividad económica por sí misma es sana. Necesitamos sentirnos útiles teniendo un trabajo, cobrando por una remuneración o haciendo un negocio y obteniendo una ganancia legible.
Eso está bien y así debería de ser. Extender la mano para recibir ayudas de unos o de otros, lo único que sucede es que estamos queriendo tener esclavos que sean afines e incondicionales a nuestro pensamiento. Por eso los gobiernos populistas de izquierda o de derecha, lo que quieren es tener adeptos, no tener ciudadanos, adeptos que estén convencidos en la parte ideológica o adeptos que estén comprados vía las ayudas sociales de mantenerlos a ellos en el poder. Y eso es tremendamente difícil. Vemos en el mundo como los países sajones han sido más exitosos en la parte económica, sin meterme a cuestiones de dogmas religiosos, por supuesto, pero bajo esta filosofía del protestantismo de ayúdate que yo te ayudaré.
Y en cambio los países latinos, los países sureños, en donde además tienen mejores condiciones de recursos naturales, hablan más del sacrificio, hablan más de si te pegan una mejilla por la otra para que te vuelvan a pegar y entonces mantente en tu condición y cállate y no protestes y no busques estar mejor. ¿Por qué no?
¿Por qué no? Cuando vemos todas las corrientes filosóficas del mundo, lo que quieren hacer es que la población esté mejor, lo que quieren hacer es que sean seamos menos dependientes y que tengamos la capacidad nena de nosotros ayudar a nuestros semejantes, no estar esperando que los demás nos ayuden a nosotros mismos. Creo que eso es fundamental, quitarnos de esas ataduras, quitarnos de esos mitos y darnos cuenta que no es ningún pecado tratar de vivir bien, de manera digamos razonable, de cubrir nuestras necesidades básicas y a aquellas personas que tienen un exceso de recursos, si pueden ayudar a otros, que lo hagan. ¿Es el mismo caso de las empresas, empresas que dicen Oye, qué quieres hacer? No, yo voy a hacer una empresa para ayudar a los demás. Ya te equivocaste. La empresa se creó para generar utilidades, que sea sustentable, que tenga su punto de equilibrio. 1 vez que generes utilidades legítimas y razonables, entonces destina una parte de tus recursos para ayudar a tu comunidad, a tus trabajadores y a tu país.
Entonces ayudémonos a nosotros mismos, es la mejor forma de ayudar a los demás, no estirar la mano para recibir una ayuda de unos o de otros.
[01:21:28] Speaker A: Fíjate qué bueno eso que nos estás platicando ahorita, porque otro de lo que se piensa mucho es que los que tienen dinero es porque han hecho cosas malas, los que tienen dinero es porque se lo han robado, o es porque lo hicieron mal, o porque hicieron cosas que no deben. Entonces hay mucho de esa idea en los países. Estos que tienen dinero es porque son malos, es porque lastiman a su gente, es porque no les dan lo que necesita.
¿Qué piensas de esas opiniones, pues tan generalizadas en el mundo?
[01:22:06] Speaker B: Bueno, que han sido producto justamente de narrativas que lo que quieren es descalificar la iniciativa particular. Yo creo que hay de todo, absolutamente todo. Hay personas buenas y malas, hay empresarios buenos y malos, hay funcionarios buenos y malos y hay personas que han tenido éxito económico en la vida, pero que también una vez que lo han logrado, se han volcado a ayudar a otros y han hecho mucha labor social.
Hay grandes magnates en nuestro país que puedes ver cuál es la labor social que han desarrollado y es muy importante. Y habrá otros que solamente les interesa seguir acumulando y seguir acumulando y seguridad acumulando. Lo que no podemos hacer es tratar a todos por igual, lo que no podemos hacer es tener la misma opinión de todos, porque cada uno de nosotros somos distintos.
Y hay gente de muy alto nivel que si tratas con ellos, créeme que son tremendamente humildes, que son que tienen una gran sensibilidad social.
Y habrá otros, generalmente los que se hicieron de fortunas mal habidas, que pues son muy prepotentes, son muy soberbios, pero normalmente la gente que hizo su patrimonio con base en el trabajo y en el esfuerzo son buenas personas, hay que acercarnos a ellos, hay que ver sus ejemplos, hay que leer sus memorias.
[01:23:36] Speaker A: Muy bien, pues te quiero hacer una preguntita que me gustaría que pensaras muy bien.
¿Fíjate, qué piensas tú de esto, de este mito o de esto que dice mucha gente?
Endeudarse es normal, todos lo hacen, es normal. Entonces endeudarse es normal. Piénsalo muy bien y luego me contestas.
¿Qué pensaste, licenciado?
[01:24:37] Speaker B: Bueno, endeudarse sí es normal, sí puede ser normal, siempre tenemos compromisos con otras personas, siempre hay algo que damos a deber y lo pagamos a los 10 días. Cualquier servicio de electricidad, de teléfono, es normal.
Lo que es anormal es endeudarse sin sentido.
Es decir, como mencionamos al principio, si yo estoy contrayendo una deuda es porque esa deuda me está dando la posibilidad de adquirir un mejor ingreso, de hacer una inversión, de adquirir un bien duradero, como puede ser una casa, como puede ser un vehículo si es que se justifica, como puede ser comprar una maquinaria. Ese puede ser un endeudamiento sano, aquello que me va a permitir satisfacer de largo plazo una necesidad, aquello que me va a permitir obtener más ingresos y siempre y cuando represente de todo lo que tengo, no más allá de un 30, 40 % de los bienes. Si yo tengo 100 bienes, pero 80 de ellos los debo, en realidad estoy viviendo para pagar intereses y para atender a mis acreedores.
Si una persona vive con base en la tarjeta de crédito y luego cuando llega el momento de pagar la tarjeta de crédito, saca dinero de una segunda tarjeta de crédito para pagar la primera, es lo peor que puede tener, porque entonces empieza a generarse una bola de nieve en donde no le va a alcanzar lo que tiene para pagar los altos intereses de una tarjeta de crédito. Ahora, endeudarse también será bueno y malo dependiendo con quién me estoy endeudando.
Si yo me estoy endeudando para un crédito hipotecario con una tasa del 11 % que me va a dar un bien duradero, bueno, adelante, puede ser una tasa razonable.
Pero si yo me estoy endeudando para comprar la comida, para comprar, peor aún, ciertos lujos o gastos hormiga, como decías, con una tarjeta que te está cobrando 40 o 50 % de interés anual, pues ahí estás cavando un hoyo financiero.
Necesitas incrementar tus ingresos y necesitas bajar el endeudamiento. Hay una reglita muy sencilla, no es fácil de implementar, pero es muy sencilla para mejorar las finanzas personales aumenta tu ingreso o baja tu gasto.
Es una lógica.
Oye, no te alcanza para lo que te estás gastando, busca la manera de ganar más.
Oye, no puedes ganar más, entonces tienes que recortar tu gasto. Para recortar tu gasto lo que tienes que hacer es ver qué es indispensable, que no es indispensable. Hay deudas buenas y hay deudas malas. Oye, vas a abrir un negocio, vas a abrir un restaurancito, vas a abrir una tienda de abarrotes, a lo mejor no tienes el capital para iniciar, es lógico que pidas algún financiamiento, está bien, pero si ese negocio funciona como estás esperando, te debe dar una utilidad mayor al interés que estás pagando por el endeudamiento.
Cuando una empresa o una familia pide créditos, comúnmente se dice que se está apalancando.
¿Qué es una palanca? Decían dame un punto de soporte y mover al mundo. Piensen todos en una palanca física, en una pieza de fierro con la cual quieren levantar una caja pesada. Están teniendo un punto de apoyo para lograr el objetivo. El apalancamiento financiero puede ser una buena herramienta si sé utilizarla de manera correcta. Por eso es que es importante tener cierto conocimiento financiero y si hay muchas herramientas hoy en Internet, muchas conferencias que se pueden tener y si no, consultar a alguien que sepa y saber básicamente cuál es el plazo, cuál es la tasa de interés que vas a pagar y cuáles son las garantías que te están exigiendo.
Si tú vas a tener como garantía la casa donde vives para un negocio que es de riesgo, es una tontería porque estás poniendo en riesgo tu seguridad futura de contar con un tec.
Oye que tengo un negocio seguro. Los negocios seguros no existen, siempre va a haber un cisne negro. ¿A cuántos de nosotros podríamos haber adivinado que en el 2019-2020, íbamos a tener una pandemia?
Y esa pandemia vino a cambiarnos la vida a muchos de nosotros, vino a afectar nuestros negocios, vino a afectar la economía, vino a darnos la convicción de que es más importante la salud, de que es más importante tener acceso a los medicamentos, de que es más importante tener acceso a los servicios hospitalarios. ¿Cuánto estuvieron algunos dispuestos a pagar por un tanque de oxígeno en el momento de mayor escasez? ¿Cuánto estuvieron algunos dispuestos a pagar por un respirador para alguien que tenía una emergencia médica? ¿Y a esa persona en ese momento, tú crees que le interesaba tener un traje de marca? ¿Tú crees que le interesaba tener un bolso de los más reconocidos? ¿O tú crees que le interesaba ir a comer al restaurante más lujoso? Yo creo que la pandemia también nos ayudó a estructurar cuáles son nuestras prioridades y darnos cuenta de lo que realmente es importante. Y lo que realmente es importante es que estamos en esta vida para, pues sí, disfrutarla, para hacer comunidad, para sacar adelante a nuestra familia, pero no para estar atendiendo lujos innecesarios o queriendo quedar bien con otros con base en un nivel de gasto. Si una persona está conmigo y va a estar mientras yo le dé un nivel de gasto alto, pues qué tristeza que tenga yo que pagarle a esa persona.
Sería más honesto, perdón, alguien que se dedica al sexo servicio, que es más honesta por decir hay un evento y te cobro este tal cantidad a alguien que se supone que está contigo porque te quiere, porque te admira, porque necesita tu compañía, pero en realidad lo que está atrás de eso es que está buscando un nivel de vida que tú le puedes dar. En el momento que tú le dejes de dar ese nivel de vida, se va a buscar otra persona que se lo deje. Que triste que sea así. Entonces a veces en las familias y déjame, hay una obra de teatro, quisiera concluir con esa parte que yo le recomendaría mucho a quienes nos están viendo cuando la vean en cartelera, véanla por favor. Se llama la corbata y se trata justamente de como una misma situación afecte a tres familias de tres estratos sociales distintos, un estrato bajo pobre, un estrato de clase media, 1 estrato alto y el caso es el mismo, la hija resulta embarazada por el novio. Cómo tratan esta situación en la clase más baja, cómo la tratan en la clase media y como la tratan en la clase alta. Y resulta que en la clase baja primero hay un enojo, primero hay una protesta y después al muchacho que embarazó a la hija vente, eres un hijo más y donde cabían cuatro ahora caben cinco y donde comían cuatro ahora comen cinco.
En la clase alta, pues los recursos, el qué dirán, todo eso se subsana por los recursos que tiene la familia y todo es socialmente aceptado. Y el que más sufre es el que está en la clase media, que tiene que lidiar con los trabajadores, con los obreros de clase baja, el que lleva la corbata y a veces lo jalan de la corbata y lo quieren agredir, el que es regañado por la clase alta y el que vive todo el tiempo con el que dirán tengo que hacer las cosas bien por el qué dirán.
Cuando las familias entendamos que hay que dejar el qué dirán por ver cuáles son nuestras necesidades básicas y atender esas necesidades básicas con base en lo que realmente importa y no en lo que los demás están esperando de nosotros, creo que tendrán su independencia emocional y su independencia.
[01:33:05] Speaker A: Muy bien, pues entonces ya nos estamos yendo licenciado, ya nos estamos yendo, nos queda muy, muy poquitito tiempo.
¿Entonces vamos a cerrar, qué te parece? Con algo muy breve, muy breve. ¿Si fueras tan amable, cómo cerrarías este programa? ¿Qué le puedes decir a la familia? Pues ahorita dijiste muchas cosas interesantes, saber que todo lo que vamos, que todo lo que acumulamos también eso es verdad, todo lo que acumulamos, todo lo que obtenemos y todo lo que queremos resguardar, pues en la aduana nos lo quitan, nada te llevas, todo se queda, aquí no hay nada, aquí se queda todo. Eso también es importante que lo sepamos. Nos quedan 2 min.
Pues tienes un minutito licenciado para cerrar.
[01:34:00] Speaker B: ¿Yo creo que lo más importante para que una familia tenga su libertad financiera es tener la información sobre qué es lo que está gastando, qué puede ser indispensable, que no lo es y que en cualquier momento una familia diga vamos a suponer que hoy hubo una crisis, vamos a suponer que hoy estamos en estado de guerra, como ayer inició otro conflicto en Medio Oriente, hoy qué sería lo indispensable? ¿Hoy me quedo sin trabajo, que sería lo indispensable?
Pensar como si fuera la peor de las circunstancias. Prepararnos para la peor de las circunstancias y si las cosas no son tan malas y si las cosas mejoran, seguramente voy a tener una estabilidad y voy a tener un amplio margen para el ahorro.
Al final no es comernos hoy nuestro futuro, al final es sacrificarnos hoy un poquito para garantizar que tengamos un futuro financiero estable para nosotros y para nuestras familias.
[01:35:01] Speaker A: Muy bien amigos, pues a toda la comunidad Cuento Contigo. Muchísimas gracias al licenciado Juan de Dios Barba por haber estado con nosotros en un programa que se nos fue volando. Juan de Dios, no me vas a decir que no se nos fue muy rápido. Bueno, ya te estoy comprometiendo. Entonces vamos a cerrar este programa, amigos, para toda la comunidad Cuento Contigo. De lo que estuvimos diciendo aquí con el licenciado, el dinero no es bueno ni malo, el dinero es neutro.
El dinero es neutro.
Estamos aquí el día de hoy para decir hasta aquí, hasta aquí.
Voy a dejar aparte los gastos invisibles, hasta aquí. Vivir al día, hasta aquí. Ya no quiero vivir al día, hasta aquí. Repetir patrones familiares de carencia, hasta aquí.
Hoy empieza una nueva historia para ti y tu familia, una historia escrita no desde el miedo ni la ignorancia, sino desde la conciencia, porque no se trata, queridos amigos, de tener mucho, se trata de usar bien lo que tienes.
Gracias amigos por habernos acompañado y que esta charla, este encuentro que hemos tenido con el licenciado Juan de Dios Barba haya sembrado una semilla en tu corazón y también en tu bolsillo.
Muchísimas gracias. Hoy decimos, fíjense bien, hasta aquí. Vivir al día, hasta aquí. Repetir patrones familiares de carencia, hasta aquí.
Los gastos hormiga, hasta aquí. Hoy decidimos decir hasta aquí, pero no hasta aquí de verdad. Pues ya me tengo que ir, ya me están diciendo cierre. Muy bien. A todos los papás, muchas felicidades a todos los padres el día de hoy que es el día del padre aquí en México, muchísimas, muchísimas felicidades.
Y al padre que tenemos en el cielo, muchísimas gracias por la vida.
Muchísimas gracias por estar aquí. Muchísimas gracias por todo, absolutamente todo lo que nos doña. Muy bien amigos, pues los esperamos el próximo domingo. Muchísimas gracias a la comunidad Cuento contigo por permitir entrar a su mente y a su corazón.
Yo soy la señora Elena Torres y les deseamos toda la felicidad del mundo.
Muchísimas, muchísimas gracias.